Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, pero existen señales que pueden indicar la necesidad de una evaluación profesional. Identificar estas señales a tiempo permite acceder a terapias especializadas que favorecen su desarrollo y bienestar.

Algunas señales de alerta incluyen:

  • Entre 6-12 meses: Falta de balbuceo, escaso contacto visual, ausencia de sonrisa social.
  • Entre 12-24 meses: No responde a su nombre, no señala objetos, no usa palabras simples.
  • Entre 2-3 años: No forma frases de dos o más palabras, dificultades en la comprensión del lenguaje.
  • Entre 3-5 años: Dificultades en la pronunciación, falta de interés en la interacción con otros niños.

Si notas alguna de estas señales en tu hijo, es importante acudir a un especialista para una evaluación y orientación temprana.